viernes, 31 de mayo de 2013

Kinky Boots

Kinky Boots es un divertido relato sobre una fábrica de zapatos para hombre en un pequeño pueblo de Inglaterra y lo que su dueño, el heredero de la tradición Price, debe hacer para salvar el negocio familiar, expandiendo el negocio a un tipo específico de hombres.

La historia comienza con un clásico prólogo doble en que se introduce a ambos personajes principales y se desarrolla en una estructura muy clásica: es casi nulo el uso de flashbacks (excepto por uno muy representativo de Lola) o de saltos de tiempo drásticos. Sin embargo, la narración clásico funciona bastante bien pensando en el tipo de historia que busca contarse. La historia es un melodrama con tintes cómicos, que al final adquiere (como se vuelve predecible) un subtexto romántico cuyo desarrollo no es precisamente brillante.


Chiwetel Ejiofor interpreta a Lola, un travesti con inseguridades ocultas y es él quien acelera una historia que, de otro modo, estaría estancada. Lola es un personaje complejo y lleno de facetas que muestra a lo largo de la película. Este personaje es un catalizador constante en el relato y pareciese que sin él nada sucede; lo cuál es muy probable. Como héroe, Lola es un personaje estático, porque tiene poca evolución emocional: su punto A y punto B dentro de la historia no están muy separados, más bien tiene momentos de duelo interno que son intermitentes y siempre con un detonador específico. Como mentor, Lola es un personaje completo y crea situaciones ideales para la comedia (un travesti en un poblado conservador de Inglaterra, no hay que ser un genio para imaginar lo que viene). Ejiofor nos da una interpretación muy creíble de un personaje que fácilmente podría caer en la farsa y logra conmover en los momentos de profundidad que tiene Lola.


Charlie, por su parte, sí es el héroe ideal para la historia. El pobre Charlie Price batalla por encontrar su lugar en el mundo y para ello, atravesará por una serie de pruebas emocionales que lo volverán un verdadero hombre. Price es la historia clásica del héroe que busca la redención y que posee un espíritu noble, pero cobarde. Joel Edgerton interpreta a Charlie Price y muestra un dominio profundo de las dimensiones del personaje: su doblamiento emocional es centrado y creíble, manteniendo también la simpleza de expresión que tendría un ser humano como Charlie Price.

La relación entre ambos personajes tiene una química en pantalla realmente maravillosa, pasando de la relación fría y difícil de negocios, hasta la relación casi fraternal que se obtiene cuando ambos personajes alcanzan sus deseos. Sin embargo, estos personajes son los únicos con una construcción realmente profunda (desde el papel), pues los demás sujetos que participan en la historia tienen pocas dimensiones sobre las cuales moverse. Ejemplo de esto sería Nicola (Jemima Rooper), la prometida de Charlie al inicio y durante gran parte de la película. Nicola es un personaje unidimensional: ella representa la sombra de Charlie y siempre se comporta bajo los mismos patrones. Esto no quiere decir que el personaje de Rooper sea decepcionante, pero la construcción primaria de Nicola encasilla al personaje a una misma dimensión emocional. Lo mismo sucede con el personaje de Lauren (Sarah-Jane Potts), el cuál actúa como mentora de Charlie y después como shapeshifter. Lauren es el personaje que siempre está en lo correcto, que dice lo adecuado en el momento adecuado y que tiene una participación simple y sin gran desarrollo emocional (no porque no muestre emociones, pero su viaje evolutivo parece ser nulo, pues termina casi donde comienza). En el caso de Kinky Boots, estos personajes resultan funcionales, pues la temática requiere que se centre a la audiencia en Charlie y, secundariamente, en Lola.

Kinky Boots difícilmente podría llamarse una película de arte, pero en definitiva es cine independiente, pues el director encontró un forma de contar la historia (y hablar sobre el tema) que no es exactamente comercial. La premisa de la película es la fábrica de zapatos. Este es un oficio lleno de diferentes momentos en un proces mayor. Por ello, el uso de los planos en detalle y los planos muy cerrados es una constante. Estos planos a detalle son planos muy representativos del proceso y son cuadros muy estéticos, usualmente saturados de elementos bien intencionados.


Sin embargo, si bien el uso de los planos cerrados tiene una intención específica para ilustrar el oficio, y actúan como una colección de piezas en un montaje casi coreografeado, la película también hace uso de planos muy abiertos. El peso de estos planos es secundario en comparación con los planos cerrados, pero tienen un fin estético muy del autor. Los planos abiertos en Kinky Boots, no buscan tanto su uso general de ubicar al espectador en la locación. No, en Kinky Boots, el autor busca crear momentos emotivos a través de planos muy bellos. Los planos abiertos en Kinky Boots tienen una composición muy armónica y limpios, sin saturación grande de elementos, pero con texturas constantes. Si bien estos planos sí están bien intencionados, el objetivo primordial parece ser crear momentos de gran belleza que pudieron haber sido mostrados de otra forma.


El elemento de más peso en este film es el color rojo. Rojo brillante, rojo fabuloso, Kinky Boots es una historia de pasión por lo que se gusta hacer, por ser la mejor versión posible de sí mismo. El rojo es la base con la que se crean las intenciones dentro del film: pasamos de un rojo sexual a un rojo apagado, del rojo de las luces del cabaret al rojo brillante de las botas nuevas y de ahí, al rojo que ilumina un gris y marrón Milán. El rojo busca resaltar, sobresalir, ser diferente en un mundo marrón apagado en que no encaja. Por eso, es el color ideal para definir a Lola como el Rojo y a Charlie como el Anti Rojo que poco a poco adquiere ese color.


Este es un símbolo que se expande, además, a todos los niveles del relato. No sólo afecta la parte simbólica de la película, sino que también tiene rasgos "obvios" en la construcción del texto. Lola tiene diversos momentos emotivos con textos muy representativos. La historia es sobre la lucha por ser diferente en un mundo donde todo es hecho en masa y bajo el mismo patrón (como los zapatos de hombre) y la relación conflictiva (de la que no se habla tanto) del hombre con su padre, del joven que busca convertirse en un hombre bajo los estándares tan altos de una figura paterna inalcanzable, para descubrir que alejándose de casa es el mejor camino para regresar a ella. Esto se representa en el momento ícono de la película, cuando vemos la banda transportadora con zapatos simples e iguales, para al final ver salir las brillantes botas rojas.


Yo vi Kinky Boots por una curiosidad musical. Escuché que Cyndi Lauper había hecho un musical acerca de esta historia y quería conocer la base sobre la cuál se creo la obra. Kinky Boots me pareció una pieza muy amena y con momentos cómicos muy bien logrados. Kinky Boots es, sin duda, una película que debe verse a conciencia, no es una pieza para poner de fondo mientras se hacen otras cosas. La tematica inusual y el melodrama arraigado a la pieza, lo vuelven un relato muy disfrutable si se quiere ver, pero que se puede tornar aburrido o confuso si no se le da la atención debida.

A mí la cinta me divirtió mucho y confieso que suelo ser fan de los productos artísticos (bien logrados) que hablen sobre travestis, pues suelen ser productos con mucho estilo y espectacularidad. Es una película excelente para experimentar cosas nuevas y abrirse a la aceptación de lo que es diferente en el mundo. Kinky Boots tiene pocos puntos débiles, siendo uno de ellos la construcción simple y unidomensional de los personajes que visten el relato, y aún así es una pieza que fácilmente se puede volver un "gusto adquirido"; es decir, una pieza para un público selecto que realmente pueda disfrutarla y entenderla a profundidad.


FICHA TÉCNICA

Kinky Boots (2005)
Dir: Julian Jarrold
Creadores: Geoff Deane y Tim Firth
Miramax


2 comentarios:

  1. Me encantó tu crítica y concuerdo muchísimo con el tema de construcción de personajes (en algunos casos). Lola me parece un personaje fascinante y creo que Chiwetel ha hecho un trabajo impresionante en ese papel, rompiendo con todos los clichés que giran alrededor de las travestis, homosexuales y/o drag queen si se quiere decir, es decir, hizo un personaje hombre, pero que gusta vestir de mujer. No es amanerado, no es el típico "mariquita". Y eso es algo que me gustó mucho como trabajo suyo.

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    1. Estoy de acuerdo, Luis.
      Me agrada especialmente que esta película se suma a la corriente para romper los estereotipos de personajes homosexuales en el cine, desde el "mejor amigo gay gracioso y asexuado" hasta el "gay sexual portador de sida" que tan de moda se pusieron en los 80's.
      Muchas gracias por tus comentarios!!

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