jueves, 30 de mayo de 2013

Ground Rules

Se dice que siempre es bueno comenzar por el inicio, así que aprovecharé esta primera entrada para escribir sobre aquello que tal vez nadie quiera leer. Antes de comenzar en materia (que finalmente es el propósito último de este blog), creo que es bueno asentar unas cuantas reglas acerca del funcionamiento del mismo. Estas ground rules no son para el lector, sino para mí mismo; al lector le servirán de guía anticipada acerca de lo que próximamente podrá ver en este espacio.

La idea de iniciar con el trabajo del blog nace de un momento mágico en la vida de todo profesional recién graduado: esos días de transición en que eres un verdadero nini. Es decir, necesitas con urgencia algo que hacer y cómo el trabajo es una opción que te han negado, te dedicas a hacer "portafolio", entreteniéndote en escribir, grabar, crear y diseñar todo lo que puedas poner en Facebook, Twitter y demás redes sociales de acceso universal.

Heme aquí, entonces, buscando llenar estos días de ocio con algo más que sentarme a ver películas y escuchar música (cosas que de cierta forma estoy convirtiendo en tiempo provechoso). Por ello, me veo forzado en hacer una serie de advertencias acerca de mi persona, con el afán de que el lector las conozca y no se sorprenda de lo que va a encontrar en este espacio.

Me gusta mucho el cine, de todo tipo, no pretendo ser un experto pero al menos tengo cuatro años de estudio del arte y 23 de disfrutarlo como Dios manda, así que ese es el tema central sobre el que girarán las publicaciones. Puedo ser muy mal hablado, así que censuren con su mente aquellos vocablos latinos que no sean de su agrado y que se hayan escapado al filtro de mi mente llamado "decencia". Tengo una mente muy visual y que opera casi siempre a través de la semiótica... Difícil convertir tal rasgo en palabras escritas, pero lo intentaré, apoyándome en imágenes que acompañen las barbaries que pueda estar diciendo. Finalmente, tiendo a escribir de corrido y como si estuviera teniendo un monólogo en mi cabeza, por lo que si llegan a leer la misma frase dos veces, ignórenla, por si llegan a leer la misma frase dos veces; es un recurso mío que uso con el afán de que las cosas les queden claras y no tiene nada que ver con que me distraiga de mi tren de pensamiento, así que por si llegan a leer la misma frase dos veces, ignórenla.

Pasemos entonces a las ground rules prometidas al inicio de la entrada. Toda relación de interacción social, ya sea digital o presencial, debe tener reglas bajo las cuales debe operar. En este caso, las mías son las siguientes:

Soy un apasionado de los musicales: esto quiere decir que puede haber muchas entradas al respecto. No todas, evidentemente, pero pueden esperar rachas del género con textos bastante largos.

Soy enemigo del cine extremadamente comercial: las veo, las disfruto, pago en el cine por verlas, pero no escribiré sobre ellas, salvo el caso excepcional que vea algo en alguna de ellas que me intrigue. ¿Por qué? Muy sencillo, hoy en día en las salas de cine se les dan tantos espacios y tanta publicidad por encima del cine de arte, que me rehuso a darles mi pequeño espacio en añadidura a todo ello. Esta regla se excluye de la primera (musicales comerciales, posiblemente se les de un espacio aquí) y de cualquier momento en que entre en gana y rompa mis propias reglas, pues están hechas de arcilla.

No sigo tendencias: es decir, me vale lo que se esté viendo en el momento, yo escribo de lo que quiero. Nadie me paga por escribir (maldita sea...) y no le tengo que responder a nadie, así que escribiré acerca de aquello sobre lo que tenga algo que decir y no lo que puedes consultar en tu cartelera en este momento. Esta regla se relaciona, como verán, con las primeras dos y está también hecha de arcilla; sin embargo, está hecha con plena convicción moral y sin ningún tipo de influencia hipster.

Me gustan las películas viejas: nada como los clásicos. Son, además las que tengo a la mano en mi colección de DVDs y encuentro muchas de ellas en Netflix (no tengo cable, así que ese es mi argot de todos los días). Y cuando dijo viejas, no me refiero "Gladiador" o "ET"... Hablo "blanco y negro" y "Audrey Hepburn".

No soy jarocho, pero puedo odiar como uno: Nunca, jamás y por ningún motivo o bajo ninguna circunstancia (excepto bajo los términos de la primera regla) hablaré acerca de Steve Carrell, Zach Galifianakis, Alejandro González Iñárritu, Películas Checas, Rápido y Furioso, Huevo Cartoon, High School Musical 2, Dana Paola, Miley Cyrus o The Hurt Locker (al menos son las que recuerdo en el momento, pero esta regla está sujeta a adaptaciones), los cuales son temas que siempre han sido y seguirán siendo aberraciones a mis sentidos.

Se puede comentar libremente: este espacio es abierto, es una esfera pública en la que todos tienen derecho a una voz y a una opinión, por lo que estas son bienvenidas. No me gusta tomarme las cosas personales en el mundo virtual y no me deprimo por los comentarios, y si lo hago, mi depresión no se vuelve pública, sino que se convierte en una silenciosa venganza.

Creo, por el momento, que es todo lo que tengo que decir como prefacio al contenido real del blog y, siendo sincero, la entrada se está volviendo tan larga que imagino que la mitad ha de haber dejado de leer en cuanto vio "musicales".

Un gran agradecimiento a ti que leíste esta nota hasta el final y que me dedicaste aunque sea una parte de tu tiempo, eso se aprecia inmensurablemente, pues es el único tipo de riqueza que no es reembolsable. Gracias y que disfrutes tus palomitas jumbo.

Axel

2 comentarios:

  1. Agregando a "Favoritos"...
    A ver qué leemos. Por cierto, escribes muy bien. Lo haces ligero, fácil y con la medida justa de humor.

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    1. Intentaré no sentirme presionado al respecto. Ah... Y gracias.

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