lunes, 10 de septiembre de 2018

Mamma Mia! Here we go again

Una grata sorpresa de mi año. Siendo un fan empedernido de los musicales, primeramente de los escénicos y, quizá por añadidura, de los del cine, la noticia de un Mamma Mia 2, sin precedente escénico y usando un soundtrack ya ordeñado bastante me parecía algo peligroso y grotesco, por lo que mi acercamiento fue totalmente sin expectativas y cuál es mi sorpresa ante un gran producto.

Entonces, ¿qué tiene de bueno y malo Mamma Mia! Here we go again? A continuación la visión de alguien sin expectativas previas y mucho conocimiento del arte del musical:

La película en sí misma; es decir, en su condición de producto cinematográfico no tiene mayor logro que el promedio; no sobresale sobre otras películas en su diseño de producción o lenguaje cinematográfico, ni siquiera en contraste con la entrega anterior que tiene un mucho mejor manejo de la cuestión técnica y la coreografía visual deseada en un producto musical (herencia de los logros legendarios del director Gene Kelly).

¿Qué causó en mí tal conmoción entonces?

Mamma Mia! nunca fue, siendo sinceros, un musical tan excepcional y gran parte de su éxito siempre le fue provisto por la fama consagrada de ABBA y el amor profundo de varias generaciones a su música. Si esto es en el escenario, no se podía esperar que la película levantara la vara muy alto y, si bien igualmente logró una mejor entrega de lo que se esperaba, igualmente cae en una cómoda zona promedio gracias al maravilloso elenco que, si bien presentan pocas capacidades vocales, logran crear personajes memorables y seductores para el espectador.

Mamma Mia! Here we go again busca huecos en la historia original para rellenarlos con un nuevo producto y la propuesta es hacer una narración del pasado de Donna a través de "flashbacks" musicales, en un relato paralelo con el presente de Sophie y su familia. Para tal efecto, Mamma Mia! Here we go again comienza casi con una dura sentencia: Donna, la amada protagonista original, ha muerto y los personajes ahora deben seguir sus vidas sin ella.

Entonces, la cinta nos ofrece una especie de double feature, en que vemos dos tiempos narrativos aislados: el pasado de Donna y el presente de Sophie, en narraciones independientes que muy pocas veces se tocan ya que no comparten casi elementos en común, salvo algunos personajes secundarios (que son maravillosos) y, por supuesto, el determinismo cronológico de ser la génesis de la historia original.

Mamma Mia! Here we go again recurre entonces a un formato de revista, quizá sobradamente episódico, para contar la vida de Donna mientras reduce la narrativa presente, quizá por el poco interés que podría causarnos, a una literalidad narrativa simple y predecible.

Los primeros minutos de Mamma Mia! Here we go again son difíciles, ya que el conflicto en el presente puede ser inverosímil y conocemos personajes nuevos, como Fernando Cienfuegos, que surgen virtualmente de la nada y que el film nos da pocos detalles sobre ellos; mientras tanto, en el pasado tenemos una narración más activa y rica, gracias a la carta abierta que ofrece la imaginación, pero que inserta canciones al por mayor de forma poco orgánica.

En este punto, estoy ponderando si la idea de crear una segunda película sobre esta historia era realmente necesaria.

Por suerte, después de un divertido, pero desafortunado número de Waterloo, las cosas comienzan a mejorar sorpresivamente. La historia detrás de Donna se vuelve más completa y la selección de música es cada vez más acertada, mientras en el presente, a pesar de la simpleza del conflicto, los personajes se ven más naturales y sinceros. Aquí es donde pude recuperar la esperanza en la cinta.

Lo "malo", para simplificar la critica, de Mamma Mia! Here we go again se puede resumir en las líneas previas: un primer acto flojo, con música metida con calzador y nula acción dramática. Lo "bueno" es todo lo que viene a continuación.

De alguna manera, el trabajo de guión logra repuntar y rescatar ambas líneas narrativas y con la llegada de Donna a la isla, las cosas comienzan a mejorar:

Mamma Mia!, el producto original, tiene una selección de música que para muchos es icónica y aunque dejó fuera en su versión original algunas piezas musicales de ABBA que resintió la audiencia, siempre se le consideró un buen soundtrack. Esto no es decir poco en un formato como la rockola musical, aquel que usa música previamente escrita y la adapta a una historia teatral. Esto requiere un esfuerzo importante de dramatización, extracción del discurso de la música y, en algunos casos, resemantización del mensaje original para lograr el efecto dramático buscado... y si Mamma Mia! hizo este trabajo de una manera correcta, en Mamma Mia! Here we go again lo hacen aún mejor.

Me sorprendió mucho la forma en la que la música era cada vez más narrativa y menos ilustrativa y como una dramaturgia que parecía sufrir en el primer acto ahora podía lograr momentos tan excepcionales como "The Name of the Game" y "Mamma Mia", superando incluso a la cinta original. A partir de este segundo acto, Mamma Mia! Here we go again deja de ser una "secuela" y se emancipa como producto independiente que se puede sostener por sí mismo.

Este segundo acto es todo lo que la película necesita para detonar la emoción y capturar al espectador, quizá escéptico, antes de un tercer acto curioso. De hecho, podría incluso decir que la película entera ES y se cuenta en ese segundo acto (el cuál podríamos englobar de I Have a Dream hasta Dancing Queen), ya que el tercer acto es más bien un epílogo a la historia, lleno de "fan service" que, en un musical como este no puede faltar.

Como breviario acerca de este tercer acto, un pequeño paréntesis antes de regresar al análisis central, es evidente que la película conoce su mercado cautivo y lo que ellos esperaban ver. La resolución de los conflictos, simple, anticlimático y cursi, son la excusa perfecta para elementos ahora sí cargados de mucha espectacularidad. Este tercer acto nos da momentos icónicos y bastante esperados por la audiencia, pese a lo poco "orgánicos" que puedan parecer, como las participaciones de Cher y Meryl Streep, así como un número final de la compañía completa. Esto quizá es lo que me causó más curiosidad en la cinta. Incluso, podríamos hacer una analogía algo fútil sobre su estructura en tres actos: el primero: ingenuo y problemático, el segundo: maduro y sólido, y el tercero: ya confiado y con el colmillo para seducir a la audiencia a su gusto. Sin duda, un trabajo poco sencillo, si bien planificado de esta manera y que logra dejar un buen sabor de boca en la audiencia que sale satisfecha con el producto.

Retomando el segundo acto y los grandes aciertos estructurales de la cinta, el uso de "I Have a Dream" me hizo saltar de mi asiento. Esta es la razón: en mi concepción previa, la cinta sólo podía ir en dos direcciones: usar la música ya dramatizada de la película anterior y buscar una nueva significación para ella o utilizar música nueva y esperar que el proceso de guión para musical funcionara de la manera adecuada y pudieran dramatizarse adecuadamente o fallar horriblemente. El primer acto me hizo pensar por un momento que ese último sería el caso, sin embargo, a su cierre con "I Have a Dream" pude recuperar la esperanza. La dramatización de este número suscribe completamente en la forma de dramatizar para el musical y es casi como un reprise tardío, quizá metadramático, que me hizo ver por fin un entendimiento adecuado del uso de la música en un producto como este. Esta nueva expectativa se cumplió en el desarrollo de un segundo acto sólido y maravilloso. El cierre ideal de esta estructura dramática musical fue la inclusión de "Mamma Mia" y "Dancing Queen" que no sólo narran adecuadamente el momento dramático en que se incluyen, sino que logran este guiño inteligente a la primera película, nuevamente en una metanarrativa excepcional (y llena de mucha complacencia, sí) y funcional.

En conclusión, si bien Mamma Mia! Here we go again es, en estricto tecnicísmo, una narrativa capitular fragmentada, simple y anticlimática; es decir, con menos conflicto y menos progresión dramática que la primera entrega, es mucho mejor en su trabajo de guión (empezando en el segundo acto), dramática y emocionalmente, y logra una mejor aproximación a la estructura real del musical; o en términos más simplones, es "más musical" que la primera y esto se agradece enormemente. Quizá Mamma Mia! Here we go again no trascienda más allá de su éxito inmediato durante este año y lo que queda de él, pero sin duda, en el microcosmos del musical cinematográfico y en el aún más pequeño cosmos de lo que podría llamarse, "el universo Mamma Mia" se va bien librada y con momentos que incluso son dignos de mención y replicación para futuros trabajos de dramatización musical para el cine.

Como nota final, al margen y completamente personal: ver a Cher y Meryl Streep juntas en un número de cierre musical de esa magnitud vale perfectamente las horas que te sientas a ver la película <3



Ficha técnica:

Dirección: Ol Parker
Basada en la historia original de: Catherine Johnson

Universal Pictures 2018