viernes, 26 de junio de 2015

Dragon Ball Z: La resurrección de Freezer

Existen historias y mundos que te capturan una vez en la vida y se roba tu lealtad para siempre, a pesar de lo que obtengas a cambio de ellos. Algo así es lo que sucede con la franquicia Dragon Ball y la generación que creció con el ánime.

El día de ayer fui a ver La Resurrección de Freezer (a.k.a. Freezer Wears Prada) y me debatí bastante en escribir al respecto porque sigo sin entender completamente qué es lo que vi.

La Resurrección de Freezer está situada después de la derrota de Majin-Boo y de la película anterior: Bills, el dios de la destrucción; pero antes del inicio de Dragon Ball GT. En sí el film es un gran paréntesis en la vida de los personajes donde vuelven a revivir la amenaza de Freezer, quien ha vuelto a la vida gracias a las Esferas del Dragón y ahora es más poderoso (y fabuloso) que antes.

Siendo objetivos: la película es una excusa inmensa para el humor japonés y peleas, peleas, peleas. Carente de todo drama, sin un desarrollo de personajes y, en momentos, sin sentido alguno, puedo decir que es una película muy entretenida para aquellos que conocen y siguen ciegamente Dragon Ball, pero en definitiva no para quienes son nuevos en ese mundo.

Siempre se me ha hecho extraña la forma en la que se comunican los personajes en esta serie: la forma en la que hablan es una combinación curiosa entre la formalidad, la exageración y los insultos con clase; además de que todos los personajes se gritan unos a los otros. No sé si esto lo obviaba estando niño, pero ahora debo decir que es un poco molesto.

En el lado bueno, la película es poco predecible (derivado de la falta de coherencia en las acciones) y no recurre a las muletillas usuales en los relatos de Dragon Ball: no hay necesidad de terminar al villano con una unión terrícola de Henki-Damma, no muere Krillin, no existe la comedia de los pequeños Gotens y Trunks, no se recurre a Mr. Satán como desahogo cómico e incluso se hace un cross-over entre dos diferentes mangas (ve a verla y verás cuál).

Entonces, ¿qué pasa en La Resurrección de Freezer si nada de esto sucede? Bueno, esa es la pregunta que sigo haciéndome y pues llega un punto en el que te das cuenta que es mejor dejar de intentar encontrarle una lógica a la cinta y mejor relajarte y sentirte de diez años nuevamente. Es claro que todo esto es resultado de la ausencia de Akira Toriyama en el proceso de creación y formación del fondo de la historia, porque la Resurrección de Freezer es eso: pura forma (pero buena forma) y muy poco fondo.

Lo curioso es que sí te deja un poco corto en muchas cosas, uno esperaría que el regreso del primer gran villano que enfrentaron en la saga fuera algo más desafiante; sin embargo, 30 ó 40 minutos en el film te das cuenta que Freezer, aún con su nuevo traje Louis Vuitton, no representa una gran amenaza ya en las últimas instancias, lo cual aumenta aún más esta sensación de absurdo de la cinta.

En definitiva, sí me alegro haberla visto, mi niño interno sigue feliz por ver a Son Gokú de nuevo en combate, pero mi cinéfilo externo sigue confundido, descifrando de qué iba el film.

La animación es clásica, pero buena, con secuencias dinámicas (cuando lo son), entretenidas y coloridas, pero pues la forma es lo único en lo que cubre las expectativas... bueno, eso es una falacia, porque realmente pocas personas son tan ingenuas para tener expectativas de esta película.

Ficha Técnica:
Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer (2015)
Dir: Tadayoshi Yamamuro
De: Akira Toriyama (autor)
Toei Company / 20th Century Fox Home Entretainment


sábado, 13 de junio de 2015

Jurassic World

Una de las cintas que sabes que terminarás viendo invariablemente. Jurassic World es una película de la que no tenía expectativas, lo cual fue positivo. Vi las películas de Jurassic Park, pero nunca he sido gran fan de las cintas, George Lucas o Spielberg en general; no porque sean productos malos, sino porque no son mi tipo de productos.

Sin embargo, Jurassic World fue una gran sorpresa para mí.

Con un público muy complicado, Jurassic World debía enfrentar las críticas difíciles de los fans de la serie original y las exigencias del sinfín de devotos a George Lucas y debo decir que entregó de forma espectacular (si bien era un poco predecible). Lo curioso fue que esta excelencia cinematográfica la encontré en donde menos esperaba.

Pese a los efectos, las secuencias de acción y el arte visual, Jurassic World muestra una calidad narrativa excelente, indicio de un trabajo muy bien planeado desde el papel. Si bien el patrón es el usual, la eficacia en la progresión narrativa mantiene un interés constante en la audiencia, la cual no está impresionada sólo por los dinosaurios, sino por cada acción y decisión en la cinta.

Los personajes son los estereotipos usuales en este tipo de cintas, pero funcionan de la manera adecuada. Finalmente, estas constantes son bloques básicos para construir la historia, el logro está en desarrollarlos de forma efectiva. En este caso, los personajes se desarrolan de manera predecible, pero correcta. Sabes quién es quién y las acciones que va a tomar, por lo que la inmersión a la trama es más inmediata. Aún así, el trabajo de guión se nota en los esfuerzos dedicados a que las acciones y decisiones de estos personajes (ligeramente mayores a lo unidimensional) estén fundamentadas en circunstancias innatas del texto planteado.

Jurassic World logra mi sorpresa gracias a un trabajo simbólico maravilloso; una resemantisación total del discurso original, no trabajando en contra de los otros films, sino alimentándose de ellos:

- Primero: el uso de los eufemismos. El trabajo semiótico comienza con un discurso que toma la imágen antagónica original, para crear una nueva simbología heróica. Los velociraptors son el ejemplo más tangible de esto. Si bien su ambiguedad animal ayuda a darle más sabor a la acción, el utilizar uno de los principales monstruos en las versiones originales, para unirlos a la fila de los héroes martirizados, es sublime. Destruír los miedos originales para crear nuevos aliados aspiracionales, ahora los velociraptors no son un epítome del temor, sino que son mártires de guerra cuyo papel es fundamental para un desenlace positivo y la coronación del ser humano que domina la bestia, no por la fuerza, sino por la empatía.

- Segundo: la construcción narrativa del rey contra el rey. La creación bien lograda de un nuevo monstruo, haciéndo hincapié en su supuesta superioridad sobre las demás criaturas es la palestra perfecta para la construcción heróica de la batalla final. Tomar la imagen inmortal del T-Rex, enfrentarla a sí misma y reivindicar su posición como el rey de estas criaturas (con una nueva dimensión heróica) es posiblemente uno de los mejores logros narrativos y comerciales de la cinta: simplemente esas secuencias finales pueden pagar entera la película con productos aledaños.

- Tercero: la humanización del monstruo y el hombre contra la tierra. Moralmente, la cinta tiene un discurso que muchos tocan pero que pocos logran sin caer en el estigma del adoctrinamiento hacia la audiencia. Las consecuencias con las que se topa el humano en su afán por dominar la naturaleza es un tema gastado, pero que aquí se introduce de forma "discreta". En contraposición con ello, la humanización de la bestia abre un nuevo panorama en este tipo de ciencia ficción. Lo mejor es que esto no es drástico o constante, sino paulatino. La humanización del monstruo se va dando de forma gradual, culminando en su transmutación de una bestia a un "aliado" de los humanos.

La película está repleta de guiños a las otras cintas, los cuales son un regalo para los seguidores y aportan una cierta justificación discursiva para el desarrollo adecuado de la narración. Si bien para mí la premisa siempre ha sido un irracional total (¿quién realmente cree que un parque de atracciones com dinosaurios es una buena idea?), Jurassic World no intenta convencer de la validez moral de las circunstancias, sino presentar el panorama esencialmente caótico y en un armónico temporal.

¿Cuál podría ser el punto débil? Para mí la construcción y desarrollo de los personajes de los sobrinos. Al igual que los otros personajes, tienen su gran dosis de cliché, pero no terminan de ascender a las demandas de la historia (un problema que no es del intérprete, sino del papel). Personajes inverosímiles con curvas emocionales atropelladas y poco creíbles, para mí funcionan sólo como motivación para los héroes, mas no como entes partícipes con acciones significativas. Son objetos de deseo presentados como personajes.

Para mí es un sólido 9, especialmente para este tipo de cintas. Jurassic World demuestra que no se necesitan películas con discurso profundo y complejo para poder tener un trabajo de excelencia desde la concepción a la ejecución maestra. Para mí esta es si duda la película a ver este verano y quedamos todos en espera de la segunda parte (el escape del doctor en helicóptero con los embriones modificados... ¿Alguien dígame que no les suena a posible secuela?).

PD: ver a la heroína sobrevivir a un apocalipsis jurásico en semejantes tacones... Me quito el sombrero.



Ficha técnica:
Jurassic World (2015)
Dir: Colin Trevorrow
De Steven Spielberg, Colin Trevorrow, Derek Connolly y Amanda Silver
Universal Pictures

miércoles, 10 de junio de 2015

Gentlemen Prefer Blondes

Una de las cintas más representativas de la carrera de Marilyn Monroe. "Los Caballeros Las Prefieren Rubias" marcó un hiato importante en la historia de Monroe y fue la cinta que le dio su fama como "dumb blonde".

Inspirada en el musical del mismo nombre, la cinta requería una capacidad artística completa para la interpretación de los personajes principales ya que debían cantar y bailar dentro de la cinta. Si bien se cuenta que fue un gran reto para Monroe, el resultado fue aclamado por las críticas.

La película tiene una sutileza en la comedia que permite una ejecución ideal de esta, sin pasar al extremo de la farsa, aún cuando la mayoría de sus personajes son (desde el papel) construcciones arquetípicas muy simples. Considerada una de las mejores películas de la época, Gentlemen Prefer Them Blondes logró multiplicar ampliamente sus ganancias y muchos se lo adjudican al equipo Monroe/Russell.



La química actoral que hay entre Marilyn Monroe y Jane Russell es sublime, realmente tienen un entendimiento fraternal dentro de la pantalla, lo cuál (añadido al carisma de los personajes) permite crear un vínculo emocional con la audiencia. Es gracias a este aprecio que se le toma a los personajes, que la audiencia acepta sin miramientos los rasgos estereotípicos de los personajes.



Marilyn es posiblemente una de las mejores encarnaciones de Lorelei Lee y sin duda es el referente obligados para este personaje (a pesar de que Carol Channing fue quien le dio vida en Broadway). La combinación entre el sex appeal natural en Monroe y una destreza ingenua para la comedia hacen que su Lorelei sea el centro de atención absoluto durante toda la cinta. Si bien Monroe recae en sus elementos comunes: la voz, el matiz, el lenguaje corporal, ofrece una interpretación que no se desgasta.



Jane Russell, por su parte, como una experimentada actriz de Hollywood, logra mantener el ritmo y el avance constante de la trama, sin ser un obstáculo para la interpretación de Monroe. El personaje de Russell, Dorothy Shaw, era dramáticamente menor en las primeras versiones de esta historia. Sería con la adaptación de Howard Hawks que que se le daría una importancia mayor, números musicales más importantes y mayor tiempo en pantalla (en parte por la presencia de Russell en la cinta). A Russell se ve que no le falta experiencia ni colmillo para este tipo de cintas y si bien Monroe es capaz de salir al ruedo, es Russell quien mantiene la cohesión de la historia a flote.



Usando una narrativa muy clásica y el lenguaje audiovisual típico de la época, Howard Hawks logra exaltar las peculiaridades del relato sin caer en lo que fácilmente pudo ser un discurso misógino y sexista. Si bien hay situaciones que harían enfurecer a cualquier feminista de esta última década, si situaciones temporales innatas de la época, no un discurso profeso del director en la cinta.

La cinta obtiene su verdadero valor por su penetración en la cultura pop. Más allá de la ejecución en sí, lo verdaderamente valioso es su facilidad de apropiación por el público y su vigencia aún hoy en día, como referente al cine clásico, a los musicales de Hollywood y a Marilyn Monroe. Según la clasificación de Rotten Tomatoes, la cinta tiene una aceptación del 97% y parodias existen en muchos medios y de muchas formas.



Este cine deja atrás en entretenimiento momentáneo casi hedonista y trasciende las barreras de lo efímero. Esto es algo a lo que todo cineasta debería aspirar, no a la fama del momento, sino a crear iconos que se vuelvan lenguaje y textos que se vuelvan discursos. Una vez que has trascendido las barreras culturales del tiempo, puede tener la satisfacción de haber logrado una obra maestra.

Gentlemen Prefer Blondes sobrevivió a los escándalos con Monroe, al uso descarado de estereotipos, a la sombra de un musical exitoso y hasta perder si número título; sin embargo, según las palabras de Rainer Werner Fassbinder: "una de las mejores diez películas de la historia"

Ficha Técnica
Gentlemen Prefer Blondes (1953)
Dir: Howard Hawks
De: Charles Lederer
20th Century Fox  

martes, 2 de junio de 2015

The Seven Year Itch

O “La Comezón del Séptimo Año” una de las más famosas películas de Marilyn Monroe. En motivo de su mes de cumpleaños (Junio), he decidido dedicar mis próximas entradas al legado de esta actriz icónica del cine estadounidense.

La película es una versión cinematográfica de la obra homónima de George Axelrod y estuvo coprotagonizada por Tom Ewell, quien repetiría el mismo personaje que él mismo originaría en Broadway.

Antes de entrar en detalles de la película, es importante hacer referencia a la influencia cultural de esta, ya que es “The Seven Year Itch” el film que originó la imagen más popular de Marilyn Monroe: el vestido blanco que se levanta con el paso del subterráneo.



La cinta es una forma de comedia ligera, pero inteligente que recurre a una forma de humor cuasi-sexual, sin caer en la vulgaridad explícita. El sexo y la atracción fatal son las premisas básicas de la cinta (y del verdadero término psicológico), exaltando principalmente la rutinaria vida marital en contra de la emoción de la aventura sexual. Posiblemente sea esta la razón por la cual, dentro de su cualidad de símbolo sexual, este es uno de los personajes más importantes de la carrera de Monroe.

A nivel narrativo, la historia tiene una ejecución excelente. El ritmo al que avanza la historia es el adecuado para no ser demasiado rápida, ni muy aburrida, algo que fácilmente puede pasar con un texto que mayormente presenta interacción entre sólo dos personajes. Como la mayoría de los textos concebidos para una dimensión teatral en su esencia básica, tiene ciertos declives energéticos cada cierto tercio de la historia (lo que serían los tres actos clásicos de la dramaturgia). Sin embargo, estos momentos no entorpecen la dinámica en la escena, sino que crean breves paréntesis para la audiencia, evitando que la cinta resulte exagerada.

Las actuaciones merecen un espacio especial, pero no necesitan ninguna introducción. Ewell moldea a la perfección el personaje de Richard  Sherman: un hombre promedio de mediana edad, padre de familia, con vicios propios y una moralidad un poco frágil... quizá porque el mismo Ewell no estaba tan lejos de su personaje. Primeramente, el perfil es ideal, el poco atractivo físico de Ewell (aún en los años 50) a la par de su aire torpe, establecen la antítesis perfecta de la imagen que Sherman quiere crearse de sí mismo: un cazanova con magnetismo animal y, a la vez, contrasta con el sex-appeal exuberante que ejecuta Monroe; diseñando un juego dramático en el cual el mismo público reconoce que ella está fuera de su alcance (bajo cualquier situación), pero sus intentos vanos son la fuente de la comedia.



La capacidad de pautas y ritmo tanto en la comedia como en el desarrollo del personaje es la cualidad más sobresaliente de Ewell, algo en lo que incluso es superior a Monroe. Él es quien lleva la batuta del desarrollo dramático al clímax y marca la pauta una conclusión exitosa.

Por su parte, Marilyn tiene una magia personal que es difícil de explicar. Tal vez sea talento innato, tal vez un savoir-faire discreto, pero su manejo de la cámara y de la mirada del expectador es algo único. Si bien de forma histriónica, Monroe no desdobla tanto como lo hace Ewell, ella sola puede comandar la atención de la audiencia y colocarla en dónde sea más necesario: en ella, en Ewell, en la tensión dramática o la comedia.




La sensualidad con la que Monroe interpreta a la chica es, y sabemos que no hace falta hablar al respecto de la sensualidad Monroe, una delicia. Incluso con todo su manejo de la sexualidad escénica, Marilyn marca las pautas adecuadas para dosificar esa sensualidad, según vaya siendo natural en el personaje, nunca quedando corta, nunca llegando más allá de lo necesario.

Marilyn construyó una carrera completa con base en ese mismo personaje: “the dumb blonde” y si bien la chica es una manifestación más de la fórmula Monroe, son los pequeños matices del personaje los que evitan el tedio de la interpretación.




Es una verdadera lástima que en su momento, el escándalo mediático y la censura cinematográfica no permitieran que el film mostrara la escena del subterráneo en toda su gloria, pues esto hubiera llevado a la cinta a un nuevo nivel de popularidad. Por ello, si bien esta es la secuencia más famosa de la cinta, es la secuencia del primer encuentro la que tiene la mejor ejecución. La dinámica entre Sherman y la chica mientras se están conociendo, su ligera tensión al piano y la convivencia con papas fritas y champaña son momentos “flawless” en la cinta, en que todos los elementos de producción, ritmo e interpretación se conglomeran para crear un producto sin errores. El resto de la cinta tiene una excelente ejecución, es cierto, pero ya no alcanza nuevamente el nivel de perfección que logró esta secuencia temprana.




Con su calidad de crossover entre el teatro y el cine, las viñetas divertidas de la imaginación de Sherman y una clara y ventajosa alevosía a la misma Marilyn Monroe en el texto, The Seven Year Itch es sin duda una de las más grandes comedias del cine americano (la AFI la clasificó como la #51 de 100 en el año 2000) y una adición a la cultura popular que es casi una referencia obligada cuando se habla del cine, la comedia, la era de Hollywood o Marilyn Monroe. Esta está definitivamente en mi lista de películas favoritas con un gran 10 de Palomitas Jumbo y son de las pocas cintas que existen que puedo ver sin que se desgaste mi entusiasmo.

Ficha técnica:
The Seven Year Itch (1955)
De Billy Wilder
Guión: George Axelrod (original), Billy Wilder (screenplay)
20th Century Fox